El cáncer de la granulosa ovárica representa el 3-5% de los cánceres de ovario, estando clasificado como una enfermedad rara (Orphanet ID: ORPHA99915) [1]. Sus características patológicas y moleculares lo diferencian claramente del tipo más frecuente, el cáncer epitelial, convirtiendo a esta enfermedad en una entidad única. Aunque suelen detectarse en etapas tempranas, donde la cirugía es curativa en un alto porcentaje de casos, se ha descrito una tasa de recurrencia del 10-28% con una media de tiempo a la recidiva de 2 años y medio.
Los tumores ováricos de células de la granulosa son relativamente homogéneos, lo cual hace probable que deriven de un set pequeño de alteraciones moleculares [2]. En concreto, un estudio de secuenciación masiva de ARN de estos tumores permitió descubrir que la mutación puntual (402C>G) en el gen Forkhead box L2 (FOXL2) está presente en el 95% de los casos [3]. Esta alteración es exclusiva y patognomónica, por lo que podría considerarse un tumor con un origen "monomutacional".
FOXL2 es un factor de transcripción altamente conservado que sólo se expresa en los párpados en desarrollo y en las células de la granulosa ovárica [4]. De forma fisiológica FOXL2 está implicado en el crecimiento y diferenciación de las células de la granulosa ovárica [5-6]. Se ha descrito que la versión mutada de FOXL2, al contrario que la "wild type", induce propiedades pro-malignas a distintos tipos de líneas celulares humanas [7-8].
A pesar de conocerse poco acerca de los mecanismos por los cuales FOXL2 mutado induce la progresión tumoral uno de los equipos de nuestro centro (Unidad de Terapia Génica del IIER) trabaja activamente en la búsqueda de estrategias terapéuticas que permitan actuar de forma específica contra los tumores de granulosa ovárica portadores de la mutación FOXL2-402C>G. Por lo tanto, es de potencial interés conocer si las mujeres que padecen de esta enfermedad presentan esta mutación.