El ISCIII presenta la tercera ronda del estudio COSMO-Spain sobre conocimiento y percepción social de la pandemia
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14/12/2020
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El Instituto de Salud Carlos III (ISCIII) acaba de publicar la tercera ronda de resultados del estudio Cosmo-Spain, que coordina el ISCIII desde el Centro Nacional de Epidemiología (CNE) con la colaboración del Centro Nacional de Medicina Tropical (CNMT) y que está impulsado por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
- Nuevos resultados del estudio COSMO-SPAIN sobre conocimiento y percepción social de la pandemia
El trabajo, que busca conocer los conocimientos y la percepción el riesgo de la población ante la pandemia de COVID-19, se está llevando a cabo en otros 31 países. Se espera que sus resultados ayuden a hacer frente a la epidemia aportando información relevante y actualizada a la hora de diseñar estrategias de salud y campañas de sensibilización. El estudio COSMO-SPAIN está coordinado por el Instituto de Salud Carlos III en colaboración con el Ministerio de Sanidad, la OMS, la Universidad de Murcia y la Universidad de Cádiz; entre las invetsigadoras que lo lideran están Maria João Forjaz, María Romay-Barja y Carmen Rodríguez-Blázquez, del ISCIII, y María Falcón, de la Universidad de Murcia.
En esta tercera ronda de la encuesta, que se ha desarrollado en noviembre y que sigue a las dos primeras publicadas en julio y en septiembre, han participado de nuevo más de mil personas residentes en España, todas ellas mayores de 18 años y con una distribución similar por sexos. El 33% de los participantes tenía entre 45 y 60 años. La mayor parte (56,7%) de los encuestados refirió estar trabajando; de éstos, un 27,7% indicó que trabaja presencialmente en entornos con riesgo moderado de contagio.
Preocupaciones sociales
La preocupación de la población respecto a la pandemia sigue siendo elevada y se sitúa en un porcentaje muy similar al de la ronda anterior de la encuesta: el 59% de los participantes indican mucha o muchísima preocupación. El tipo de mascarilla más usada habitualmente es la mascarilla quirúrgica (44%), por delante de la mascarilla FFP2 (26%). Un 60% de las personas encuestadas indica que mira la etiqueta para comprobar si la mascarilla cumple la normativa antes de adquirirla.
Las principales preocupaciones de las personas encuestadas se mantienen similares a las rondas anteriores: perder a un ser querido (93%), la posible saturación de los servicios sanitarios (91%) y la posibilidad de tener contacto con gente que va sin mascarilla (85%). En esta ronda aumenta la preocupación por la propia salud física y mental y disminuye la preocupación por un nuevo confinamiento, mientras que se mantiene el porcentaje de participantes que cree que la pandemia se está propagando rápido (79%).
El porcentaje de encuestados que afirma que la COVID-19 le hace sentir deprimido ha aumentado ligeramente respecto a la encuesta anterior (un 42% frente a un 37% en la segunda ronda). Además, un 31% considera que lo peor de la pandemia está por venir y un 47% cree que ya se está viviendo lo peor. Los lugares con más probabilidad de contagio percibida son, según señalan las respuestas, los sitios concurridos en espacios cerrados (81%), el transporte público (72%) y las reuniones con familiares o amigos (59%). Una de cada cuatro personas participantes en la encuesta considera El 24% de los encuestados manifiesta que es muy difícil evitar infectarse por el coronavirus, un porcentaje similar al de las rondas anteriores.
Conocimientos y confianza
La facilidad percibida por los encuestados para encontrar, comprender, evaluar y aplicar la información relativa al coronavirus SARS-CoV-2 y la COVID-19 es alta. Sobre un rango de 1 (muy difícil) a 4 (muy fácil), seguir las recomendaciones sobre cómo protegerse alcanza una media de 3.27; averiguar qué hacer ante una sospecha de infección llega a una media de 3.19, y entender las recomendaciones sobre cuándo una persona debería quedarse en casa obtiene una media de 3.13. Al igual que en rondas anteriores, los participantes tienen más dificultades en valorar cuándo ir al médico (media de 2.69) y en dilucidar si la información de los medios de comunicación es fiable (media de 2.34).
Las instituciones que generan más confianza en la población son las mismas que en rondas anteriores (profesionales sanitarios, Ministerio de Sanidad y organizaciones como la OMS), y se observa un aumento de la población que tiene confianza en los centros educativos. Las redes sociales siguen siendo uno de los canales informativos más consultados, aunque el nivel de confianza en sus contenidos es de nuevo bastante bajo.
Al consultar a los encuestados sobre su opinión sobre las decisiones tomadas hasta la fecha en relación a la pandemia, desciende en un 3% frente a la ronda anterior el porcentaje de personas que consideran que las decisiones tomadas han sido adecuadas, aunque la mayoría sigue pensando que las medidas tomadas no han sido exageradas (un 63%).
Con respecto a la vacuna, tras el descenso observado entre la primera y la segunda ronda en el porcentaje de personas dispuestas a ponerse una vacuna contra la COVID-19 si estuviera disponible mañana mismo, en esta tercera ronda el porcentaje vuelve a caer levemente, al pasar del 43% al 39%. Las principales razones por las que la población no se pondría la vacuna son: 'me pondría una segunda o tercera, no la primera' (52%) y 'puede tener riesgos para mi salud' (48%).
Fatiga pandémica
Según los resultados de la encuesta, disminuye la percepción del riesgo sobre la gravedad de la enfermedad en caso de contagiarse: un 36% considera en esta tercera ronda que sería grave o muy grave (frente al 43% y al 39% de las dos rondas anteriores). Además, se mantiene en un 26% el porcentaje de la población que cree que sus probabilidades de contagio son elevadas o muy elevadas. En cuanto a la adherencia a las medidas preventivas, también disminuyen ligeramente el cumplimiento de las recomendaciones de lavarse las manos, guardar la distancia de seguridad, evitar tocarse ojos, nariz y boca con las manos sucias y evitar reuniones sociales.
Por otro lado, la frecuencia de búsqueda de información ha bajado respecto a la ronda anterior: un 34% indica que consulta la información sobre coronavirus muy frecuentemente, un porcentaje que en la ronda anterior era del 41%. Estos resultados podrían indicar un inicio de 'fatiga pandémica' un concepto que la Organización Mundial de la Salud (OMS) define como una desmotivación gradual para seguir las medidas de protección y las restricciones recomendadas para reducir la transmisión del coronavirus, que se relaciona con diversos factores emocionales, psicológicos y culturales, entre otros.
El estudio COSMO-Spain recoge en esta tercera ronda por primera vez indicadores sobre esta fatiga pandémica autopercibida, que suele traducirse en una disminución en la percepción del riesgo de la enfermedad, menor búsqueda de información relacionada con la COVID-19 y menos conductas protectoras. En relación a la fatiga pandémica percibida, las personas encuestadas están moderadamente de acuerdo con sentirse cansado/a de los debates sobre la COVID-19, con una media de 3.9 en las respuestas entre una horquilla entre el 1 (poco de acuerdo) y el 5 (muy de acuerdo). Además, hay una media de 3.5 en las respuestas a la pregunta de si está harto/a de oír hablar de la COVID-19.
Sin embargo, la población no refiere fatiga debida a las medidas limitantes que buscan proteger para proteger a las personas más vulnerables, y tampoco hay señales de que hayan perdido las ganas de luchar contra la enfermedad. En general, los encuestados manifiestan una responsabilidad moral alta (media de 4.2) a la hora de cumplir con las recomendaciones, aunque las respuestas sobre si consideran que se pierde el tiempo el seguirlas muestran una media algo más baja (2.27).
Los análisis estadísticos realizados indican que reportar un mayor nivel de fatiga pandémica se asocia con una menor edad, un menor nivel de estudios, no convivir con niños y no ser personal sanitario. Las personas con mayor fatiga pandémica son aquellas que piensan que las decisiones que se han tomado en España para contener la pandemia no han sido adecuadas o han sido exageradas, y que consultan menos frecuentemente información sobre el coronavirus/COVID-19.
Las investigadoras del ISCIII señalan que estos resultados pueden ayudar en el diseño de estrategias dirigidas a fomentar la participación de aquellos sectores de la población con más riesgo de desarrollar fatiga pandémica.